(extraído de http://blog.educastur.es/poesia/)
Pedro nació en Madrid el 27 de Noviembre de 1891. Cursó Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad Central. Como varios de sus compañeros -Lorca, Alberti, Cernuda, Guillén, Aleixandre- de la maravillosa generación del 27, vanguardista y talentosa, Salinas fue abogado
LA VOZ A TI DEBIDA , Pedro salinas
(Versos 494 a 521)
Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!
Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
«Yo te quiero, soy yo».
Pronombres demostrativos
De la wikipedia:
Son los que sirven para señalar o mostrar la persona, animal o cosa designados por el elemento nominal al que acompaña o al que sustituye.
Pueden llevar acento diacrítico, que los diferencia de los determinantes y de los adjetivos demostrativos.
Son fuertemente deícticos y sitúan su significado en el espacio y en el tiempo: «éste» como más próximo en el espacio y el tiempo al que habla; «ése» como más lejano en el espacio y el tiempo al que escucha, y «aquél» como más lejano en el espacio y el tiempo a ambos.
Las formas de estos pronombres son:
Pronombres demostrativos
Por ejemplo: "Éste sabe mucho", donde «Éste»hace referencia a alguien (o su representación) que está próximo a quien habla.
Ella quiso irse a vivir a su pronombre. Tú. Era un pronombre prometedor, ya sabéis, como tantos otros que se pueden encontrar en la calle o en una zapatería. Pero lo malo es que aquel pronombre, aquel tú, era tan corto, tan falto de sílabas, que allí no había espacio para respirar.
Ya digo que ella quiso mudarse a su pronombre, pero tuvo que entrar por la puerta de atrás, la del Nombre, silábico y ancho como una cancela. Cuando cruzó el umbral se encontró una habitación tan oscura y tan llena de pasadizos que se dijo no, aquí no se puede vivir.
Pedro nació en Madrid el 27 de Noviembre de 1891. Cursó Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad Central. Como varios de sus compañeros -Lorca, Alberti, Cernuda, Guillén, Aleixandre- de la maravillosa generación del 27, vanguardista y talentosa, Salinas fue abogado
LA VOZ A TI DEBIDA , Pedro salinas
(Versos 494 a 521)
Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!
Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
«Yo te quiero, soy yo».
Pronombres demostrativos
De la wikipedia:
Son los que sirven para señalar o mostrar la persona, animal o cosa designados por el elemento nominal al que acompaña o al que sustituye.
Pueden llevar acento diacrítico, que los diferencia de los determinantes y de los adjetivos demostrativos.
Son fuertemente deícticos y sitúan su significado en el espacio y en el tiempo: «éste» como más próximo en el espacio y el tiempo al que habla; «ése» como más lejano en el espacio y el tiempo al que escucha, y «aquél» como más lejano en el espacio y el tiempo a ambos.
Las formas de estos pronombres son:
Pronombres demostrativos
Por ejemplo: "Éste sabe mucho", donde «Éste»hace referencia a alguien (o su representación) que está próximo a quien habla.
Vivir en los pronombres:
Ella quiso irse a vivir a su pronombre. Tú. Era un pronombre prometedor, ya sabéis, como tantos otros que se pueden encontrar en la calle o en una zapatería. Pero lo malo es que aquel pronombre, aquel tú, era tan corto, tan falto de sílabas, que allí no había espacio para respirar.
Ya digo que ella quiso mudarse a su pronombre, pero tuvo que entrar por la puerta de atrás, la del Nombre, silábico y ancho como una cancela. Cuando cruzó el umbral se encontró una habitación tan oscura y tan llena de pasadizos que se dijo no, aquí no se puede vivir.
Era tarde. Cuando quiso regresar a su pronombre, el pronombre yo, descubrió que había sido ocupado por él en su ausencia.
Ya no tenía a dónde ir.
Ni tú. Ni yo.
Ni tú. Ni yo.