jueves, 20 de marzo de 2008

Solitude y Loneliness


La lengua inglesa es un caso único dentro de la gran familia de las lenguas germánicas, pues dispone de un vocabulario formado en más de un 55 por ciento por palabras de origen latino. Muchas de ellas llegaron ahí tras la invasión normanda de Inglaterra, entre los siglos XI y XV, cuando la lengua de la corte y de la nobleza pasó a ser el francés. Ello explica la enorme riqueza léxica del inglés actual, que dispone de muchos dobletes de vocablos inicialmente sinónimos, pero que hoy aportan matices semánticos de suma utilidad.

Así, donde nosotros tenemos cerdo, el inglés puede elegir entre pig (de origen sajón), para referirse al animal en sí, y pork (de origen latino), para referirse a la carne de cerdo, en gastronomía. Es fácil adivinar detrás de estas diferencias el uso medieval del antiguo anglosajón entre porquerizos y campesinos que cuidaban a los cerdos, frente al francés antiguo hablado entre los nobles que degustaban guisos de cerdo y sus criados o cocineros que intervenían en la preparación de los banquetes.

Algo parecido pasa con las dos palabras que quería comentar hoy. Los diccionarios bilingües suelen dar soledad como traducción española tanto del inglés loneliness (de origen sajón) como del inglés solitude (de origen latino). Cuando lo cierto es que en inglés estos dos términos se utilizan de forma claramente diferenciada para referirse a dos tipos bien distintos de soledad.

Llaman loneliness a la soledad impuesta, por carencia involuntaria de compañía, que se vive con pesar o melancolía (por ejemplo, como cuando decimos que un alcohólico bebe para olvidar la soledad, o que hoy muchos ancianos deben afrontar la soledad); pero llaman solitude a la soledad voluntaria y buscada, que se vive con agrado y una sensación de sosiego y paz interior (por ejemplo, como cuando decimos que un trapense busca a Dios en la soledad de su celda, o que los versos de tal o cual poeta son un canto a la soledad de los campos de Castilla).

Fernando A. Navarro




Fuente foto:

Irina Sanchis Muñoz, joven fotógrafa que reside habitualmente en Reus (Cataluña) donde estudia medicina. Dedica parte de su tiempo a cuidar de un hurón. (¡Jeje!)


Fuente texto
:

(Persona a la que admiro y llevo leyendo ya dos años en la sección Laboratorio del Lenguaje del Diario Médico que me traen mis padres.)

Fernando A. Navarro, médico, autor del 'Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina', director técnico del 'Diccionario de términos médicos' de la Real Academia de Medicina y autor de más de 300 artículos sobre el lenguaje médico, junto con José Ramón Zárate, subdirector de Diario Médico, coordinan el Laboratorio del Lenguaje. Su propósito es aclarar dudas e ilustrar sobre la riqueza del vocabulario médico, el más complejo y dinámico del mundo científico.

1 comentario:

Félix Menkar dijo...

-- Panadero
m. y f. Persona que tiene por oficio hacer o vender pan. (RAE)
-- Lingüista .(Del fr. linguiste, y este der. del lat. lingua, lengua).
com. Persona versada en lingüística, o sea en la Ciencia del Lenguaje. (RAE)
Enhorabuena, ya era hora que l@s doct@s realizaran una función social, o sea EDUCACIÓN pura y dura, derivada de sus propios conocimientos, (devolver a la sociedad lo que ésta les ha dado), y de paso acabar con el todo vale en el lenguaje que como acertadamente dicen se está diluyendo (véanse los SMS, Messenger, etc.) hasta una pronta y minimalista disolución. Por cierto, sin acritud y dando un paso de valientes más allá aún, no estaría de más algún que otro consejo, sugerencia e incluso crítica feróz hacia los escritos y poemas de los compis desde la óptica de los expertos en la palabra (el aprendizaje no ocupa lugar ni debe sentar mal a nadie)